martes, 26 de agosto de 2014

Plaza de Armas de Cañete: ¿Una belleza en peligro?

Plaza de Armas de Cañete 
Por Clímaco Hermosilla Silva.

Cuando se refunda la ciudad de Cañete, en 1868, al trazar sus calles y Paseos Públicos, dentro de los límites urbanos de la nueva ciudad se reserva el espacio para establecer cuatro plazas: una en el extremo sur de la población, la Plaza de Caupolicán; una segunda en el centro de la ciudad, la Plaza de Armas; una tercera, en el extremo norte, la Plaza Pedro de Valdivia y una cuarta, la Plaza de Saavedra (por don Cornelio Saavedra) que se ubicaba al oriente, en el sector donde se encuentra actualmente el Estadio Fiscal de Cañete.

Las tres primeras prosperan, la cuarta no se establece jamás y, algunas décadas después, al terreno establecido para ella se le da nuevos usos.

En la década de 1960, el lugar destinado a la Plaza Pedro de Valdivia, donde se había levantado un obelisco para conmemorar el cuarto centenario del Fuerte Tucapel, fue ocupado por el nuevo Hospital de Cañete, ya que el antiguo Hospital San Esteban (situado en el sitio de la fortaleza española, que luego ocuparía el actual Liceo B-56 de Cañete) había quedado en muy malas condiciones después de los sismos de mayo de 1960. Fue una pena que no se hubiera aprovechado esa oportunidad para crear un parque en los terrenos que había ocupado el antiguo Hospital “San Esteban” para darle al sitio del antiguo Fuerte Tucapel el marco que se merecía.

A fines de la década de 1990, o en los primeros años del siglo XXI, se remodeló la Plaza de Caupolicán y se colocó en ella un grupo escultórico realizado en madera por Eugenio Salas Olave, representativo de la cultura mapuche e integrado por cuatro figuras llamadas “chemamul”, ocasión que sirvió a los habitantes de la ciudad para conocer este término.

En cuanto a la Plaza de Armas, situada, dentro de la tradición española y republicana, en el centro de la ciudad y rodeada por los edificios que representan el poder político administrativo y religioso, además de los principales aspectos sociales y educativos, fue, desde los orígenes de la ciudad, el centro social y de encuentro de sus habitantes. Desde los primeros años del siglo XX se remodeló de acuerdo a la tradición republicana chilena que entronca con la tradición bonapartista francesa, que recomendaba el uso de los tilos.

Foto de la Plaza de Armas de Cañete (Museo Histórico Nacional). Fines del siglo XIX.
A comienzos del siglo XX, la Plaza de Armas de la ciudad comenzó a tomar la forma actual. En la imagen que ofrecemos a continuación, vemos, al fondo, a la izquierda, la casa Maldonado que fue, por muchos años, sede del Colegio Gabriela Mistral. Frente a ella, en el sector nororiente de la esquina de Prat con Villagrán, se aprecia la casa que fue de don Estanislao del Canto, primer Gobernador del Departamento de Cañete y que, luego, perteneció a don Pablo Drapier. Frente a ella, en el sitio que hoy ocupa la Escuela 1, se ubicaba la antigua Iglesia del pueblo, de la cual se aprecia el campanario de madera.

Fotografía de la Plaza de Armas de la década de 1920
En los años 1913-1914 se pavimentó la Plaza de Armas con 40.000 baldosas, se agregó el alumbrado eléctrico y se construyó una pileta de concreto con una gran copa al centro. 


La Plaza es ya en esta época el centro de encuentro de los habitantes de la ciudad, los que se reúnen en ella para contactarse socialmente, para celebrar sus carnavales de verano, sus bailes populares o sus reuniones políticas y religiosas.

En los años ´40 se levantó el nuevo kiosko de concreto que reemplazó al anterior, de madera. Tradicional fue, por muchos años, la retreta dominical ofrecida desde este kiosko por el Orfeón Municipal de Cañete, dirigido por don Juan Rebolledo.

Foto tomada por pon Carlos Fernández en el año 1945. Al fondo, a la derecha, se aprecia el antiguo cuartel militar y, luego, Comisaría de la ciudad.
En los años ´60 se reemplazó la pileta por otra diseñada por don Luis Abarzúa Ceballos.
Pileta diseñada a fines de la década de 1960. Finalmente, en los años ´80 se realizó la última gran remodelación de la Plaza de Armas, la que incluyó una nueva pileta, con juego de luces en la base y con una representación de lanzas o armas en el centro, una remodelación del kiosko y el cambio de los senderos y de las baldosas.

Fotografía tomada a la Plaza después de la remodelación de esta en los años ´80
Desde hace algunos años se ha comenzado a hablar de una nueva remodelación de nuestro principal paseo público, el que estaría adornado con elementos culturales mapuches. Aparentemente esta remodelación habría sido aprobada por el Concejo Municipal, pero la ciudadanía no ha sido consultada, asunto que le ha restado transparencia al proyecto. No puede ser que, por intereses ideológicos o comerciales, o por simple ignorancia u oportunismo, pasemos a llevar siglos de tradición, de Historia y de Cultura, además de atropellar el aspecto de patrimonio comunitario del sitio, lugar con el que se han identificado generaciones de cañetinos, los que, en sus rincones, se han conocido, han pololeado, han disfrutado de fiestas populares o religiosas, en carnavales, bailes populares o han participado en actividades artísticas y científicas escolares y en las diversas reuniones políticas que ahí se han celebrado. Nuestra Plaza de Armas es la gran postal de la ciudad. No hay cañetino que no guarde fotografías en las que aparece, solo o con amigos, en algún rincón de este paseo. Todo lo anterior ha transformado a nuestra Plaza de Armas en un lugar entrañable y querido con el que los cañetinos nos hemos identificado por casi un siglo y medio y el que tenemos que defender a toda costa. Muchos de los visitantes de Cañete nos han dejado sus opiniones en las que reconocen lo hermoso del lugar y ven en él el sitio más representativo de la ciudad.

Con respecto al proyecto de remodelación de nuestra Plaza de Armas, podemos finalizar estas reflexiones preguntando:

1.- ¿Es verdaderamente necesario gastar un par de miles de millones de pesos en darle otra cara, otro estilo a nuestro principal paseo público? Conocemos el caso de muchas plazas y paseos chilenos que, sin haber sido necesario, han sido remodelados … con desastrosos resultados. Hemos visto cómo hermosas Plazas, con jardines y hermosos y añosos árboles, han sido transformadas en adefesios de concreto en el que los paseantes no pueden protegerse de los rayos del sol porque los árboles han sido eliminados, al igual que los jardines. Hermosos kioskos, han sido también eliminados y reemplazados por pesados y poco estéticos bunkers de concreto.

2.- ¿No bastaría con cambiar las baldosas de la Plaza y reparar la pileta con su juego de luces, ya que, como está, la Plaza representa la composición cultural de la población cañetina, su diversidad? (Hay cuatro monumentos en ella y uno -un 25%- representa lo mapuche). La pileta, de acuerdo al arquitecto que la diseñó, representa las lanzas mapuches o las armas españolas que se apilaban en “la Plaza de ARMAS” (un sitio baldío que quedaba al centro de cada plaza fuerte española) para ser recogidas en caso de combate). La Plaza de Armas, en su estado actual, representa entonces la diversidad cultural de nuestra Comuna.

3.- Si se hace una consulta ciudadana, se deberá velar por cuidar que esta sea verdaderamente representativa de la población de la ciudad, para que sus habitantes se sientan comprometidos por ella e identificados con su principal paseo público

No hay comentarios.: